Reflexionamos sobre cómo nuestra industria no solo mueve productos de un lugar a otro, sino también conecta comunidades y culturas. Históricamente, la logística ha sido la columna vertebral silenciosa del comercio, el motor que impulsa la conexión entre la oferta y la demanda. Desde las antiguas rutas comerciales hasta las complejas cadenas de suministro globales actuales, la logística ha sido el hilo invisible que nos une.
En Argentina, nuestra contribución es significativa. Logística La Serenísima, reconvertida en el negocio de comercialización y distribución en frío más grande del país, es un ejemplo. Con una flota moderna y alcance federal, conectamos a todo el país entregando más de 5 millones de productos frescos por día. La digitalización nos ha permitido brindar un mejor servicio, tener mayor visibilidad, eficiencia y control en nuestras operaciones.
También, nos ha dado la capacidad de responder más rápidamente y optimizar nuestras rutas para reducir nuestra huella de carbono. También garantiza mayor seguridad para nuestra gente y las comunidades, con trazabilidad satelital que nos permite saber incluso a qué velocidad circula cada camión, en cada momento, asegurando que cada producto llegue a su destino de manera segura.
Además, hemos construido uno de los B2B – Tienda La Serenísima más importantes del país, donde nuestros clientes pueden interactuar digitalmente con el negocio. Más de la mitad de nuestros clientes minoristas ya pueden realizar todas sus gestiones en línea. Sin embargo, no perdemos de vista la importancia del vínculo personal con los puntos de venta, fruto de muchos años de trabajo conjunto.
La logística no solo es un motor económico para el desarrollo de Argentina, sino también un actor clave en un desarrollo de triple impacto: económico, social y ambiental. A través de la innovación, la sostenibilidad y la conexión constante, seguimos contribuyendo al crecimiento del país.
Fuente:
Ámbito Financiero